A finales de Diciembre, Clara, una niña curiosa de 10 años, miraba por la ventana de su habitación, esperando que el reloj de la sala marcara la medianoche.

—¡Un nuevo año está a punto de comenzar!— pensó emocionada. Sin embargo, este año sentía algo diferente. No era solo la idea de nuevos comienzos; había escuchado a su abuelo hablar de un misterioso Reloj Mágico que, al dar las doce campanadas, permitía hacer un pedido especial para el nuevo año.

Intrigada, Clara decidió buscarlo. Se bajo de la cama en silencio y encontro al abuelo en la sala. Tenia en su mano un pequeño reloj de bolsillo que nunca había notado antes.

—Abuelo, ¿ese es el Reloj Mágico del que hablas?— preguntó con ojos brillantes.

El abuelo sonrió y asintió.

—Así es, Clara. Este reloj ha estado en nuestra familia por generaciones. Cada Nochevieja, sus campanadas guardan un secreto especial: un deseo que puede ayudarte a construir un año lleno de aventuras, aprendizajes y sueños cumplidos. Pero recuerda, el reloj no hace magia por sí solo. Lo que pidas dependerá de tu esfuerzo y de tu corazón.—

Clara lo observó maravillada. ¿Qué pedir? Pensó en todo lo que había vivido durante el año que terminaba. Recordó sus momentos felices, las risas con sus amigos y los días soleados en el parque. Pero también recordó los desafíos: el día que cayó de su bicicleta y tuvo que aprender a levantarse, o cuando tuvo que estudiar mucho para un examen difícil. Todo eso le había enseñado algo valioso.

Cuando el reloj comenzó a marcar las doce campanadas, Clara cerró los ojos y pidió su deseo:

—Quiero un año lleno de oportunidades para aprender cosas nuevas, ayudar a los demás y ser valiente para enfrentar cualquier reto.—

El reloj dio su última campanada, y una suave luz dorada iluminó la sala por un instante. El abuelo, con una mirada cálida, la abrazó.

—Es un deseo maravilloso, Clara. Ahora, cada día de este nuevo año, recuerda que el reloj te dio un empujoncito, pero el resto depende de ti.—

Con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de esperanza, Clara regresó a su habitación. Esa noche, soñó con estrellas, aventuras y nuevos comienzos.

¿Qué pedirías tú si tuvieras un Reloj Mágico en tus manos? Este nuevo año está lleno de hojas en blanco esperando que escribas en ellas. Piensa en tus sueños, en lo que puedes lograr y en las pequeñas cosas que puedes hacer cada día para convertir este año en una gran aventura.

¡Bienvenido al nuevo año, el vuelo continua!!